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Antecedentes


La exclusión de muchos adultos del proceso de alfabetización digital les impide integrarse plenamente en la sociedad. A raíz de la crisis del COVID-19, la necesidad de modernizar todos los sectores de la educación y el trabajo, y proporcionar a las personas implicadas en ellos los conocimientos necesarios para adaptar sus funciones al mundo digital y en línea, es urgente en toda Europa. Para poder hacerlo de forma inclusiva y global, es crucial capacitar a los grupos que suelen tener menos confianza en sus habilidades digitales, como suelen serlo los adultos mayores de 55 años.

Programar puede ayudar a mejorar la habilidad de resolución de problemas, el trabajo en equipo y la capacidad de pensamiento analítico, así como potenciar la creatividad, enseñar a las personas a cooperar más allá de las fronteras físicas y geográficas y a comunicarse en un lenguaje universal (DG Connect, 2020).

En adultos, los estudios han demostrado una transferencia positiva de las habilidades de programación a situaciones que requieren de pensamiento creativo, habilidades matemáticas y metacognición, así como habilidades espaciales y de razonamiento.
 
Se ha demostrado que el desarrollo de habilidades digitales para adultos de mayor edad es un buen método para mantener la mente activa y conservar habilidades cognitivas como la creatividad, atención, memoria de trabajo y procesamiento del lenguaje. Esto acarrea enormes beneficios en un mundo en el que los adultos necesitan dominar habilidades financieras, personales y sociales, etc.
 
También existe la posibilidad de que estos adultos intervengan en los sectores creativos y culturales, los cuales podrían beneficiarse de una mayor digitalización, amplitud y modernidad. Esta renovación contribuiría a que estos sectores (unos de los más afectados) sean más flexibles, resistentes y capaces de prosperar tanto en la situación actual como en cualquier circunstancia futura.